La rehabilitación cognitiva tras un ictus es un campo en rápida evolución, con múltiples tecnologías emergentes que buscan complementar o potenciar las terapias tradicionales. A continuación, se comparan brevemente las principales aproximaciones innovadoras con respecto a MindLenses:

Neuroestimulación no invasiva (EMT, tDCS, VNS): Las técnicas de estimulación cerebral no invasiva, como la estimulación magnética transcraneal repetitiva (EMT/rTMS) y la estimulación transcraneal por corriente directa (tDCS), se investigan para mejorar la recuperación cognitiva post-ictus
Meta-análisis recientes sugieren que la EMT repetitiva puede mejorar la función cognitiva global y las actividades diarias en pacientes con ictus, en comparación con placebofrontier.
Por su parte, la tDCS aplicada sobre áreas prefrontales o parietales ha mostrado efectos modestos pero positivos en dominios como atención y memoria, especialmente cuando se combina con entrenamiento cognitivo concurrente.
Sin embargo, estas técnicas requieren equipos especializados, personal entrenado para su aplicación y presentan variabilidad en resultados según parámetros de estimulación.
La estimulación del nervio vago (VNS), incluida la variante no invasiva transcutánea auricular, es otra estrategia novedosa: estudios iniciales indican que puede ser segura y potencialmente mejorar funciones cognitivas tras el ictusbmjopen.bmj.com, posiblemente al promover plasticidad sináptica durante la rehabilitación.
En comparación, MindLenses logra un efecto de neuromodulación no invasiva sin aplicar corrientes o campos magnéticos externos, sino mediante prismas que inducen una recalibración neural natural.
Esto evita las contraindicaciones eléctricas y hace que su uso sea más sencillo en entornos sin equipamiento sofisticado. Además, MindLenses integra la estimulación con ejercicios cognitivos en una misma sesión, algo que la neuroestimulación suele requerir combinar manualmente (ej. EMT + terapia cognitiva).
Realidad Virtual (RV) e Inteligencia Artificial (IA): La realidad virtual se ha incorporado progresivamente a la neurorehabilitación. Las experiencias inmersivas 3D permiten realizar tareas cognitivas y funcionales en entornos simulados con alta motivación. Se ha visto que la RV y realidad aumentada pueden mejorar la rehabilitación temprana tras ictus, al añadirse a la terapia convencional.
Sus fortalezas incluyen la inmersión y retroalimentación multisensorial, que aumentan la participación del paciente.
Además, la RV facilita adaptar en tiempo real los ejercicios al desempeño del paciente, manteniendo un nivel de desafío óptimo.
Por otro lado, la inteligencia artificial está empezando a jugar un rol en personalizar la rehabilitación cognitiva. Algoritmos de machine learning pueden analizar datos de desempeño, neuroimagen o biosensores para ajustar automáticamente la dificultad de tareas, predecir la recuperación funcional o detectar áreas de déficit específicas.
Por ejemplo, sistemas de rehabilitación virtual con IA pueden reconocer el estado cognitivo o emocional del paciente y modificar la terapia para mejorar la adherencia.
MindLenses comparte algunos elementos con estas tecnologías: su software ofrece una interfaz digital atractiva (aunque no es RV inmersiva, sí es interactiva) y podría en el futuro incorporar IA para adaptar los juegos al nivel del paciente. La ventaja de MindLenses frente a la RV pura es su sencillez (no requiere cascos VR voluminosos ni salas especiales) y su enfoque basado en un mecanismo neurofisiológico probado (adaptación prismática).
Frente a soluciones basadas en IA, MindLenses ya cuenta con un protocolo estructurado y validado clínicamente, mientras que muchas aplicaciones de IA en rehabilitación están en fase experimental.
No obstante, es concebible que evoluciones futuras de MindLenses incorporen algoritmos inteligentes para afinar el entrenamiento a cada individuo.
Neurofeedback: El neurofeedback consiste en que el paciente entrene su función cerebral mediante la retroalimentación en tiempo real de sus propias señales neurofisiológicas (típicamente EEG).
En rehabilitación post-ictus, se ha explorado que pacientes con déficit cognitivos aprendan a modular ciertas ondas cerebrales asociadas a atención o memoria, recibiendo recompensas audiovisuales cuando logran la actividad deseada.
Aunque la evidencia aún es limitada, algunos pequeños estudios reportaron mejoras en funciones cognitivas tras 10–20 sesiones de neurofeedback personalizado en pacientes con ictus subagudos.
El neurofeedback comparte con MindLenses el objetivo de involucrar activamente al paciente en su recuperación cognitiva de manera no farmacológica. Sin embargo, difiere en que requiere equipo de registro (p. ej. gorros EEG) y la interpretación de señales cerebrales, lo que puede ser complejo.
MindLenses, en cambio, actúa sin necesidad de medir directamente la actividad cerebral durante la sesión; la modula de forma indirecta a través de la experiencia visuomotora. Esto simplifica su uso en la práctica clínica.
Además, los juegos de MindLenses proveen una estructura de entrenamiento cognitivo explícito, mientras que en neurofeedback el “juego” es controlar la propia mente para mover una gráfica o cumplir una tarea virtual, algo más abstracto para el paciente.
En resumen, el neurofeedback es prometedor pero sigue siendo de nicho; MindLenses ofrece una alternativa más tangible y lista para usar en entornos habituales.
Robótica aplicada a la rehabilitación: La robótica rehabilitadora ha revolucionado sobre todo la recuperación motora tras el ictus, mediante exoesqueletos, brazos robóticos y dispositivos mecatrónicos que permiten cientos de repeticiones de movimientos.
Aunque su foco principal es motor, se ha investigado también su efecto en lo cognitivo. Por ejemplo, programas de rehabilitación con robots de miembro superior han incorporado tareas con componentes cognitivos (secuenciación, atención dividida mientras se realiza el movimiento, etc.).
Un estudio exploratorio con 51 pacientes que realizaron 30 sesiones con terapia robótica de brazo encontró mejorías en todos los dominios cognitivos evaluados al final del tratamientofrontiersin.org, además de las esperadas ganancias motoras.
Esto sugiere que la rehabilitación robótica intensiva, al involucrar al paciente activamente en tareas, puede simultáneamente estimular funciones cognitivas como planificación o velocidad de procesamiento.
Asimismo, se han desarrollado robots sociales o asistentes virtuales que guían ejercicios cognitivos y físicos, ampliando el alcance de la terapia fuera del horario de clínica. En comparación, MindLenses no requiere equipos robóticos costosos ni infraestructura especial; es portátil y puede emplearse en la consulta o aula con simplemente un kit de gafas y una tableta.
Sin embargo, podría combinarse con robótica: por ejemplo, un paciente con hemiparesia podría utilizar exoesqueleto para brazo y luego una sesión de MindLenses para trabajar la cognición, abordando recuperación motora y cognitiva en paralelo. Cada tecnología aporta beneficios, y es probable que el futuro de la rehabilitación post-ictus integre varias de ellas de forma complementaria.
En síntesis, MindLenses se sitúa en este panorama como una terapia digital innovadora que aúna neuromodulación y entrenamiento cognitivo. Frente a otras tecnologías emergentes, destaca por su facilidad de implementación (no invasiva, portátil, sin requerir instalaciones complejas) y por contar ya con ensayos clínicos que avalan su eficacia.
Los profesionales pueden considerarla tanto alternativa como complemento a las terapias mencionadas, según el perfil de cada paciente y los recursos disponibles en su centro.