La discalculia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta la capacidad para comprender y manipular números y conceptos matemáticos. Aunque menos conocida que la dislexia, su impacto puede ser significativo en el rendimiento académico y la vida diaria de quienes la padecen.
¿Qué es la discalculia?
La discalculia es un trastorno neurobiológico que dificulta la comprensión de conceptos numéricos, el cálculo, la lectura de relojes, el manejo del dinero y la interpretación de gráficos. No está relacionado con la inteligencia general, sino con la forma en que el cerebro procesa la información matemática.
Discalculia en adultos: ¿puede aparecer más tarde?
Aunque suele diagnosticarse en la infancia, la discalculia también puede manifestarse en adultos que no fueron diagnosticados previamente. Estas personas pueden atribuir sus dificultades con los números a una “falta de práctica” oa “no ser buenos en matemáticas”.
Signos comunes en adultos:
- Dificultad para calcular el cambio al pagar.
- Confusión con la hora en relojes analógicos.
- Problemas para seguir instrucciones con pasos numéricos.
- Ansiedad al tener que manejar presupuestos o cifras.
Evaluación y diagnóstico de la discalculia.
El diagnóstico de la discalculia debe ser realizado por profesionales especializados en dificultades del aprendizaje. Existen diversas herramientas homologadas para su evaluación:
- BERDE (Batería para la Evaluación Rápida de la Discalculia Evolutiva): Desarrollada por la Universidad de Málaga, evalúa habilidades como la representación de cantidades y la transcodificación verbal y visual.
- NeurekaCALC: Batería digital que evalúa cálculo mental, resolución de problemas y transcodificación, proporcionando resultados en precisión y tiempo de respuesta.
- CAB-DC: Evaluación neuropsicológica que realiza un screening cognitivo para identificar el riesgo de discalculia en niños mayores de 7 años, jóvenes y adultos.
- Tedi-Math: Test diseñado para evaluar a niños con dificultades en habilidades matemáticas básicas, sin centrarse en el nivel académico.
- Test de Discalculia de Smartick: Herramienta online y gratuita que permite la detección rápida de niños en riesgo de discalculia.
Es importante destacar que la discalculia está incluida en el DSM-5 dentro de los trastornos específicos del aprendizaje. Los criterios de diagnóstico detallados pueden consultarse en neuroestimula.com .
Comorbilidad con la dislexia
La discalculia a menudo coexiste con otros trastornos del aprendizaje, siendo la dislexia uno de los más comunes. Los estudios indican que entre el 17% y el 64% de los individuos con discalculia también presentan dislexia.
Ambos trastornos comparten déficits cognitivos, como dificultades en la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento. Esta comorbilidad puede complicar el diagnóstico y requiere una evaluación integral para abordar todas las áreas afectadas.
Ejemplos cotidianos de discalculia
La discalculia se manifiesta de diversas formas en la vida diaria:
- Escribir números al revés (por ejemplo, 31 en lugar de 13).
- No entiendo la lógica de “más que” o “menos que”.
- Confundir operaciones matemáticas (restar en lugar de sumar).
- Dificultad para estimar cantidades o medir ingredientes al cocinar.
Tratamiento y apoyo
Aunque la discalculia no tiene una “cura” definitiva, existen estrategias y apoyos efectivos para mejorar las habilidades matemáticas:
- Reeducación psicopedagógica personalizada: Uso de herramientas visuales, juegos y material concreto adaptado a las necesidades del individuo.
- Terapia con especialistas en neuroeducación: Intervenciones centradas en fortalecer las habilidades cognitivas relacionadas con las matemáticas.
- Adaptaciones escolares o laborales: Ajustes en el entorno educativo o profesional para facilitar el aprendizaje y desempeño.
- Aplicaciones móviles de refuerzo matemático: Herramientas digitales que ofrecen ejercicios y seguimiento personalizado.
- Técnicas multisensoriales: Métodos que integran el aprendizaje a través de diferentes sentidos para reforzar la comprensión.
El acompañamiento emocional es esencial para reducir la ansiedad y reforzar la autoestima de quienes conviven con este trastorno.
Conclusión
La discalculia es un trastorno del aprendizaje que puede pasar desapercibido, pero con el diagnóstico adecuado y el apoyo necesario, es posible mejorar significativamente la relación con los números. Si sospecha que usted o alguien cercano podría tener discalculia, consulte a un profesional es el primer paso para abordar esta dificultad.